lunes, 20 de octubre de 2014

ALCALÁ DE LOS GAZULES (II PARTE)


La jornada del domingo completó nuestra visita a esta atractiva localidad de la  comarca de La Janda. Después de desayunar nos reunimos y pusimos en marcha para descubrir otra de las sorpresas que Ana Salazar nos tenía preparada. 
En el Centro de Interpretación Etnográfico nos esperaba la amiga, Inma Almagro, que ya nos acompañara en el Santuario de la Virgen de los Santos y hoy nos mostraría este curioso museo que nos transporta a décadas  anteriores. Todo está perfectamente dispuesto y ordenado en las instalaciones, donde se han representado diferentes oficios y estancias, acordes con la forma de vida de otras épocas. Así podemos ver escenificada una peluquería, una cocina, una ferretería-almacén donde se vendía un poco de todo o la sala de estar de una casa con su típico mundillo para las labores de bolillos.
Juan Antonio Mena del Blog Tubal e Isabel Sánchez escenificando un afeitado en la barbería 

También tienen su espacio los oficios de zapatero remendón, barbero, antigua mercería, o una representación de lo que eran los consultorios médicos y que contiene una vetusta máquina de rayos x, pieza que es una auténtica reliquia. En un futuro está previsto ubicarlo en un lugar de mayor capacidad, para que pueda lucir más el interesante y numeroso contenido que ha sido recuperado. Muchas están a la espera para poder donar muebles, utensilios y aperos de carácter etnográfico

El Centro de Interpretación Etnográfico está relacionado directamente con el Centro de Educación de Adultos y a la Asociación Jacaranda de jóvenes y amigos del centro. Las instalaciones están perfectamente equipadas con distintas aulas para manualidades, informática, cocina, etc., y por las estancias se distribuyen también objetos que un día formarán parte del museo. En la actualidad cuenta con 247 alumnos y tres profesores, todos realizan una labor extraordinaria, recopilando y clasificando el material.

Asimismo se reparten las labores de recuperación de la tradición oral, mantenimiento  y restauración. Además se desarrollan numerosas actividades, entre las que se encuentra la recreación en el interior del museo de lo que era la vida en tiempos pretéritos. Las celebraciones gastronómicas, también son habituales,  como las tradicionales:  buñueladas, pestiñadas o el baile y cante del gazpacho. Todas las labores que se realizan son voluntarias y altruistas.
En la imagen Pepi Relinque, Encarna Lozano y Ángela Gallego del Grupo Gastronómico El Almirez, durante la visita al Centro de Adultos. A ellas, especialmente, les estamos muy agradecidos por habernos convocado para explorar con detenimiento el hermoso pueblo de Alcalá de los Gazules.  
Al salir fuimos paseando por la Antigua Puerta de la Villa  hasta llegar a la Plaza Alta, centro del pueblo en época medieval. La conservación de su fisonomía, su arquitectura popular, salpicada de edificios barrocos y neoclásicos le valieron para que en el 1984 fuese declarado “Conjunto Histórico Artístico”. En el trayecto se puede aprovechar para observar y disfrutar de las excelentes vistas del entorno. 
El grupo se acomoda y realizar un breve descanso, mientras que escucha atentamente las explicaciones.

Tras subir una cuesta pendiente aparece frente a nosotros la “Casa del Cabildo”, un edificio que contrasta por sus colores y la superposición arquitectónica de su fachada. En la pared conserva el letrero: “Casas Consistoriales de la muy noble, leal e ilustre ciudad de Alcalá de los Gazules” en recuerdo al antiguo Ayuntamiento.
Delante de la portada de la Iglesia Mayor de San Jorge, nos esperaba Jaime Guerra, Director del Instituto Pedro Sáinz de Andino, quien ejerció de guía de la monumental iglesia, además nos repartió unos folletos hechos por él con una exhaustiva información de todo el recinto y otros monumentos de la ciudad. La iglesia fue construida sobre una mezquita musulmana y se ha ampliado en varias ocasiones.

La iglesia parroquial posee dos portadas, la de San Jorge y la de San Juan y en la actualidad tiene planta de cruz latina con tres naves. Conserva piezas de gran valor, entre ellas una Virgen del Rosario, primera obra conocida de Martínez Montañés, la espléndida sillería del coro, el órgano, la custodia… En el muro lateral derecho del trascoro se expone un pedestal visigodo, que data del año 662, así como unos restos óseos atribuidos a los Mártires San Servando y San Germán.

Continuamos camino al Beaterio de Jesús, María y José, allí está establecida la única congregación religiosa que existe en la actualidad en Alcalá de los Gazules.
Jaime Guerra, también nos ilustró acerca de la historia del Beaterio, situado entre la parroquia y el castillo.  La congregación fue fundada por el Padre Diego Ángel de Viera y Márquez, un sacerdote nacido en la localidad. Las religiosas se dedican a la educación y a atender una residencia de ancianas, pero al ser domingo no había clases, rezumando silencio y paz en las dependencias, patios y jardines.  En esta zona además de árboles, plantas ornamentales y unas vistas maravillosas, las esculturas de Jesús, José y María que dan nombre al Beaterio de esta orden religiosa exclusiva de Alcalá de los Gazules.
Tras despedirnos de la Hermana que dirige el centro, nos encaminamos a una puerta situada en la parte superior de los jardines con salida al castillo. Fue construido por los musulmanes y estuvo en uso hasta su destrucción durante la Guerra de la Independencia. La denominación árabe Al-Kalat, cuya traducción es “El Castillo”, da nombre a la población. Hoy en día, se encuentra en estado de ruina aunque se conservan parte de las murallas, un torreón y  la Puerta de la Villa, aunque ha sufrido una importante reforma. En la Edad Media el patio de armas del castillo estaba situado en La Plaza de San Jorge. 

Nuestro amigo José Francisco Arriaza del blog “Yo en el campo y tú en la cocina”, siempre nos sorprende con sus conocimientos del campo. Esta vez nos mostró una planta silvestre copada de unas especies de capsulas, que se hacen explotar con los dedos, soltando líquido por lo que hay que tener cuidado. Nos contó que jugaban de chiquillos y les llamaban “Salta-ojos”, además no hizo la demostración, ante la curiosidad de los que no la conocíamos.  
 En realidad,  se debe a la función de reproducción de la planta, que al madurar la baya globosa se impregna de sabia para el desarrollo de nuevos brotes.  

Entre calles estrechas y blancas, iglesias y conventos nos dirigimos a nuestro próximo destino gastronómico: Casa Jiménez.
Llegamos a la calle San Antonio, allí está situado Casa Jiménez, un local sencillo pero con un ambiente estupendo. Lo primero que ves es su rótulo pintado en la pared de “Comidas Caseras” y luego más abajo  otro que te invita a entrar y dice: “El arte de tapear como en casa”. Una vez en su interior, llama la atención el mostrador repleto de productos de la tierra, espárragos, chicharrones, embutidos y otros manjares. La familia Almagro Jiménez regenta el local con agrado y ganas de mostrar que se entienden bien con la cocina tradicional. Empezamos picoteando sus “Chicharrones ibéricos de bellota al estilo de Alcalá”, luego llegaron unas “Croquetas de setas”, las primeras de la temporada, “Albóndigas  de Retinto con salsa de almendras” y “Pastel de berenjenas al Tío Pepe” que ya es un clásico de la casa.
Luego llegó una cazuelita con una tradicional receta, “Sopa de tomate con pan moreno y huevo de campo”. Evidentemente la sopa puede ser servida con o sin huevo, pero nos contaron una curiosidad, cuando lleva el huevo escalfado y es mezclado con la sopa, es costumbre decir: “Vamos al trompetón”. Pues así lo hicimos.     
 
Al festín se incorporó otro plato característico de la zona, la “Berza de garbanzos de Las Pedrizas con coles y pringá”. Y los que llegaron con hueco al final, pudieron degustar un postre típico de la provincia gaditana, “Queso fresco con miel y carne de membrillo”, también se suele servir así el requesón.
No faltaron algunas coplillas de despedida y la felicitación del grupo al propietario José Almagro y a su hijo Jhoni  que nos atendieron en el comedor de maravillas. Así como al equipo de cocina compuesto por Chana  Jiménez, mujer y madre respectivamente de los anteriormente citados, y con una experiencia de más de dos décadas en estos menesteres, a la tía Mari que junto a Chana elaboraron la sopa de tomate y a Brenda, otra hija del matrimonio y que es la encargada de la repostería de la casa.   

Dentro de los productos artesanos que se conservan en Alcalá, están los dornillos. Una especie de morteros de madera de fresno, que con la ayuda de un mazo,  igualmente de madera, sirve para triturar alimentos. En casa a este mazo, se le ha llamado siempre la “manita del mortero”. Es utilizado frecuentemente para la elaboración de recetas con pan como, los gazpachos calientes o fríos, sopas cocías, ajo, sopa de tomate, arranque… En la localidad era costumbre regalarlos como ajuar de boda, nos dijeron que aunque menos, a veces se obsequian. En la actualidad están muy valorados, por el trabajo artesanal que tienen y la madera que se emplea.
Tenemos que confesar que desde hace tiempo estábamos antojados por uno y encontrándonos en la tierra de los dornillos, le pedimos a Ana Salazar, si podía llevarnos a algún artesano con el objeto de hacernos con una de estas piezas. Gentilmente nos condujo hasta el otro lado del pueblo, hasta encontrar a Francisco Adolfo Moreno Díaz, uno de los pocos vecinos que aún, en algunos ratos y para no perder la tradición, se dedican a ello. En parte porque el coste de maderas nobles ha subido mucho y por otra por el trabajo manual que necesitan. El vaciado del tronco y la posterior forma que se les da, se hace solo con la ayuda de azuela, gubia, lima, herramientas de uso manual.  Con esta misma madera se hacen cucharas y otros utensilios de cocina.
Adolfo nos dio unas pautas para tratarlo en casa. Primero, lavar bien para quitarle todos los restos de polvo y madera. Segundo untar con aceite de oliva el dornillo por todas partes, repitiendo la operación tres o cuatro veces y ya estaría listo para su uso.
Ya con nuestro dornillo en el coche, como si fuese un trocito de Alcalá de los Gazules, regresamos felices a casa. Agradeciendo a todos los amigos Inma, Jorge, Juan José, Juan, Jaime y en particular a Ana su recibimiento y acogida durante las dos espléndidas jornadas vividas. Enhorabuena a todos porque con vuestra actitud habéis conseguido incrementar el cariño a este nuestro pueblo.


2 comentarios:

  1. Buena escapada a un sitio tan bonito como Alcala de los Gazules, y tu donde estabas? que te escabulles siempre? un beso primas, ya estoy deseando probar esas judias..con vosotras por supuesto

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    1. Sí estoy, pero detrás de la cámara de fotos, je,je,je. Un abrazo para ti.

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