martes, 19 de julio de 2016

VENTA AURELIO - CHIPIONA, UNA COCINA CON TRADICIÓN


Hemos hecho alguna vez referencia a las ventas, sitios con tradición e historia. En las décadas de los 70 y 80 su papel varió, debido al crecimiento masivo del automóvil en la sociedad. Surgieron muchas como lugares de esparcimiento de los fines de semana, donde la familia completa se sentaba a comer y luego los adultos disfrutaban de una agradable sobremesa, mientras los niños correteaban por el campo y se subían en los columpios. Años después ha habido cambios importantes en la forma de entender la gastronomía, variados estilos con el objeto de ofrecer al público diversidad y que elijan según sus apetencias, aunque solo se afianzan los mejores.
Durante este movimiento, las ventas durmieron una ligera siesta hasta que despertaron con brío, posiblemente las claves son varias aunque podemos destacar dos causas puntuales del regreso de clientes a estos populares establecimientos. Por una parte, los aromas y sabores de casa, de las comidas hechas por las abuelas y por las madres, ciertamente gusta y mucho, pero no todos cocinan en casa; por otra, los venteros se han espabilado y se han puesto al día ofreciendo, además de platos tradicionales, productos de calidad, salones agradables que conservan el aire típico, mesas vestidas con manteles y servilletas, vajilla, cristalería y cubertería adecuadas, más un servicio cercano.

En la Venta Aurelio podemos encontrar esto y mucho más. Empezaremos diciendo que pertenece a la alegre localidad de Chipiona y como no podía ser de otra manera se ubica en una carretera, concretamente en la A-480 Jerez- Chipiona, Barriada Montijo, 12. Aunque al pronto pueda parecer complicado llegar, la encontramos rápidamente con la ayuda del GPS, quedando gratamente sorprendidas nuestras compañeras del Grupo Gastronómico El Almirez: Ángela Gallego, Pepi Relinque y Encarna Lozano, al igual que nosotras. Observamos también que a medida que nos acercábamos hay carteles anunciadores, no obstante si alguien duda, facilitamos el teléfono para reservar o preguntar 956 38 94 73.    
Sobre las dos de la tarde acudimos a la cita que gentilmente nos habían efectuado la familia de la Venta Aurelio, a través de las compañeras de blog Pilar Ruiz Rodríguez Rubio y Lola López. Fuimos recibidas por Pedro, quien nos acompañó a la mesa situada en el “Rincón del Arte”, un espacio decorado con fotos de toreros, barrilito de vino de la tierra y una figura de la Virgen del Rocío. Antes de sentarnos, realizamos un pequeño recorrido por el local que cuenta con varios comedores, los cuales se llenaron poco a poco y donde no faltan las imágenes de la chipionera más universal, Rocío Jurado.   
Cuando tomamos posesión de nuestro sitio, empezamos a descubrir detalles que diferencian unos lugares de otros: el menú personalizado para “Bloggers”, fechado en el día de la visita, los paquetitos de picos envasados para la casa, el pan protegido en bolsa de papel y con una atractiva leyenda sobre el “Pan de la Noche” explicando los distintos momentos de su elaboración.
Lógicamente lo primero que ofrecieron fue la bebida, y nos dividimos entre cerveza y Manzanilla Gabriela de Bodegas Miguel Sánchez Ayala de Sanlúcar de Barrameda, una manzanilla clásica de uva Palomino y servida en su punto de temperatura. ¡Qué bien se cría este vino en la tierra!
A partir de ahí empezaron a traer los platos que compartimos, como antes hemos referido comida clásica, la de toda la vida, sin sofisticación, aunque muy bien elaborada. En el primer tramo degustamos: Salpicón de mariscos, Pimientos asados en carbón de encina, y Calamar relleno de huevos de choco y langostinos. Tres entrantes fríos bien aderezados y muy apetecibles. Destacamos el calamar que en esta versión de relleno se sirve en frío, cortado en rodajas y acompañado de una salsa mayonesa por si se desea darle un toque. La verdad es que no hace falta, por el importante sabor a los productos frescos del mar y por estar recién elaborado.
El siguiente trecho estaba compuesto por una de las estrellas de la casa: Berza con pringá, receta que se guarda como oro en paño desde que la primera cocinera que tuvo la venta, allá por el año 1965, la empezara a cocinar y su marido la recomendara al público. Con el paso de los años se han ido sucediendo la familia, pero desde entonces se elabora esta receta de la misma manera. El otro primer plato también muy característico de nuestra zona, Carrillada ibérica en salsa, la carne bien guisada y acompañada de patatas fritas de las de verdad, que para eso tenemos muy cerca unas papas extraordinarias. En este punto cambiamos de vino, el elegido por unanimidad fue el Tinto de la Tierra de Cádiz, Petit Forlong de la bodega ecológica Forlong, un vino elaborado a partir de variedades de uvas Syrah, Merlot y Tintilla de Rota y envejecido en barricas de roble. 

Otro ramal nos llevaría a los segundos platos que en este caso fueron: Croquetas de corvina, Cazón en tomate y un Arroz de mariscos que había acabado de salir y quisieron que lo probásemos. Todo sabroso y el arroz en su punto y rico, pero tenemos que resaltar de forma muy especial el tomate frito donde estaba metido el cazón… ¡espectacular! El calificativo es ganado a pulso de espumadera, porque es el tomate hecho al “potopó”, con mucho tiempo al fuego, en su punto de espesor, color y sabor, realmente fuera de serie. Desafortunadamente lo encontramos pocas veces en la hostelería en general, sin duda es más fácil y ligero abrir una lata, pero cuando pruebas un tomate así, es inolvidable. Al comentárselo a Pedro Sánchez, nos contó que muchos clientes lo demandan para llevarlo a casa, explicándonos que cuando pueden, hacen fritadas grandes de tomates para embotellarlo (sí, sí…en botellas de litro y medio) y así poder atender a las personas que tienen un interés especial en adquirirlo. 

Entre sabores de siempre, buenos vinos, alguna que otra información, charla compartida entre buenas amigas, alcanzamos el último punto de nuestro recorrido, el postre. Con el fin de que tuviésemos la oportunidad de probar varios, compartimos una buena Tarta de queso, una rica Tarta de chocolate y galletas con un toque personal y Arroz con leche de los que te transporta a golpe de cucharada a tu niñez más feliz, por su aroma a canela, su punto de cocción idóneo y su textura cremosa. Una forma ideal de terminar una comida. 
Y para finalizar la foto de las componentes que han representado al Grupo Gastronómico El Almirez y Cocinando al Potopó con parte del personal que conforman la Venta Aurelio y que nos facilitaron una jornada gastronómica placentera. Felicitamos a Daniel Castro Tirado, tercera generación de la familia Tirado Caro, por su labor al frente de los fogones, agradeciéndole  a él y a todo el equipo la profesionalidad y el esmerado trato. 

 
Muchas gracias por vuestra atención, volveremos para probar otros platos de temporada, entre ellos caracoles y cabrillas, nos consta que sois especialistas. ¡Hasta pronto!